Por Dra. Brígida Cerdeira
El sistema previsional argentino atraviesa uno de los momentos más complejos de las últimas décadas. La brecha entre lo que establece la normativa y lo que efectivamente ocurre en la práctica cotidiana revela un entramado frágil, saturado y difícil de transitar para quienes buscan ejercer sus derechos. En este escenario, la abogada previsionalista Brígida Cerdeira, con más de 15 años de experiencia en derecho previsional, laboral y administrativo, aporta una mirada precisa y profundamente humana sobre los principales desafíos que enfrenta el país en materia de seguridad social.
El estado actual de Sistema Previsional Argentino
Aunque la arquitectura legal del sistema previsional argentino es amplia, diversa y abarca múltiples contingencias —jubilaciones, pensiones, asignaciones, coberturas y prestaciones—, su funcionamiento real muestra un panorama distinto. Según Cerdeira, el esquema actual presenta signos de fragilidad estructural, con parches normativos acumulados durante años, ausencia de planificación a largo plazo y un contexto de alta informalidad laboral que rompe el equilibrio básico de cualquier sistema solidario.
La especialista lo resume en una frase contundente:
“Todos somos potenciales beneficiarios, pero no todos aportamos.”
La combinación de historias laborales incompletas, falta de registros, tareas mal encuadradas y aportes incorrectos genera un escenario donde reconstruir el historial previsional se vuelve una tarea artesanal que requiere tiempo, pericia y acompañamiento profesional.
Principales diferencias entre lo que la norma establece y lo que ocurre en la practica cotidiana de Anses
Si bien existe un marco legal definido, la distancia entre la norma y la implementación diaria es una de las mayores fuentes de conflicto. Los ciudadanos suelen enfrentar:
Para Cerdeira, el problema no es la existencia de múltiples leyes, sino la desinformación generalizada y la falta de acompañamiento para comprender cómo aplicarlas en cada caso. Esto afecta especialmente a trabajadores con trayectorias mixtas: agrarios, autónomos, monotributistas, empleados domésticos, estatales o quienes trabajaron en provincias con sistemas propios.
La educación previsional: una deuda urgente
En un país donde la educación financiera recién comienza a instalarse, la educación previsional continúa siendo prácticamente inexistente. La mayoría de las personas se interioriza sobre jubilaciones recién al cumplir la edad legal, cuando muchas decisiones tomadas años atrás —o errores acumulados— ya no pueden corregirse.
Para la especialista, la educación previsional debe convertirse en una política de alcance masivo:
“La desinformación —advierte Cerdeira— no solo genera miedo. También provoca la pérdida de derechos.”
La doctora ofrece recomendaciones simples, pero esenciales, tanto para personas como para gestores:
Su mensaje final es claro:
“El tiempo pasa y la jubilación no se improvisa. Iniciar el proceso con información y acompañamiento es clave para evitar sorpresas.”
Para quienes desean profundizar en esta temática o brindar asesoramiento profesional actualizado, ya está abierta la inscripción al programa: