Cómo se recuperarán los diferentes rubros de la economía después de la pandemia


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El impacto de la cuarentena en la economía mundial tiene diferentes matices y esto determina en gran medida las decisiones de consumo de las familias, ya sea por falta de ingresos o restricciones de oferta. El confinamiento frena los gastos en recreación, restaurantes y hoteles, además el teletrabajo disminuye los gastos en transporte y la menor circulación de consumidores frena la compra de indumentaria. 

El informe señaló que en la pospandemia a pesar de que el ingreso de los individuos se pueda mantener constante existirá una gran masa de consumo habitual que no podría materializarse debido a las restricciones impuestas por el aislamiento social. Las ventas de alimentos y bebidas podrían tienen algún margen para crecer, aunque esta suba seria limitada debido a la baja elasticidad que presenta el segmento.

Además, con la recuperación parcial de los ingresos, los consumidores tendrán que recomponer algunos gastos que pudieron retrasarse como alquileres y servicios. Por otro lado, la actualización necesaria de bienes durables (como electrodomésticos) y la llegada del invierno traccionará la demanda de productos estacionales (como calefacción) e indumentaria.

El sector de electro también podría tener un impulso por la demanda de celulares y de equipos informáticos, que vienen soportando el desgaste del teletrabajo. Por su parte, servicios domésticos y actividades de recreación son las que más demorarán en reaccionar.

En el análisis detallado por rubros, se destaca indumentaria y calzado, que antes de la cuarentena se esperaba un crecimiento de la demanda de 8,5% y ahora se espera 5,5% para la pospandemia. En el caso de recreación, se esperaba que subiera un 19,4 antes y ahora se prevé un 2,8%, siendo el más golpeado.

Para alimentos, en tanto, se esperaba 26,7% y ahora se estima 30%. Y para electrónicos, la previsión pasó de 1,7% a 2%.

El informe también midió el impacto de la cuarentena en los trabajadores. En este contexto, los trabajadores informales tienen mayor riesgo de ver reducidos sus ingresos que aquellos que se desempeñan en el sector formal, situación que se profundiza si, además, se dedican a actividades fuertemente afectadas.

Los trabajadores independientes (cuentapropistas) son los de mayor riesgo económico y más aún si su actividad no fue listada dentro de las esenciales. Los asalariados que se desempeñan en el sector público tienen menos riesgo económico que aquellos que lo realizan en el sector privado.

El conjunto de actividades esenciales puede resumirse en las cadenas de producción, distribución y comercialización de alimentos (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca; y alimentos y bebidas), medicamentos y combustibles, actividades de salud (con algunas restricciones), servicios de comunicación y telecomunicaciones, algunos comercios, servicios bancarios, sector público y justicia, educación (sin asistencia presencial), servicios públicos (agua, electricidad, gas) y servicios de reparación de automotores, entre otros. Pero las actividades esenciales emplean a poco más del 35% del total.

Entre las actividades más afectadas, comercio emplea al 17,4%, construcción al 9%, las actividades industriales no listadas como esenciales al 8% y alojamiento y comidas al 4%, de acuerdo a los 12,2 millones de ocupados en los aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares del cuarto trimestre de 2019.


Fuente: Informe ABECEB