Cómo afecta el aislamiento a la salud mental: Angustia


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La pandemia actual afectó la economía mundial, la forma en que trabajamos, nuestro hábitos diarios y vínculos sociales, también afectó a nuestra salud mental. 

Es imposible no tener angustia en esta cuarentena. Que muy o poco perceptible dependerá de nuestra genética, nuestro contexto cercano, nuestra historia personal y lo que nos decimos sobre la situación.

En este momento, es la emoción más experimentada universalmente, es un sinónimo de ansiedad e incertidumbre, pero al mismo tiempo es normal y lógico sentirla.

La angustia nace del instinto, ante un peligro, ante una situación indeseada, de mucha incertidumbre, donde quede evidenciada la falta de control. Al pensar en la cuarentena, hay muchas cosas que terminan estando fuera de nuestro control: no podemos controlar cuándo vamos a volver a trabajar, las formas en las que han ido cambiando las cosas, la nueva manera que tienen nuestros hijos de vincularse con los docentes y el que tengamos que participar nosotros, nuestros tiempos a solas, nuestra libertad. Eso nos genera muchísima incertidumbre y eso nos conecta con la emoción de la angustia.

Puede aumentar cuestiones de bases que podemos tener si no afrontamos con ciertos recursos para sobrellevarla. Hay cuestiones que pueden generar un aumento de la angustia y otros recursos que pueden servir para sobrellevar la misma, entendiendo que la angustia tiene que estar presente como una forma lógica de manifestación de lo que está sucediendo.

La angustia genera una serie de reacciones, además de la tristeza, la irritabilidad, la incertidumbre y el desgano.

Desorganización: te faltan horas aunque estés todo el día en tu casa y cuentes con más horas que antes. Pueden haber cambiado los horarios de tus rutinas, caos.

Vaivén emocional: retrocesos en cuestiones que ya teníamos resueltas (por ejemplo: retomar el consumo de cigarrillo, alcohol, insomnio, sueño de hijos, alimentación).

Culpa: por no estar presente para tus hijos que demandan atención, por no sentirte eficiente si estás trabajando, por tener tu casa desastrosa, al compararte con otras personas que la llevan mejor, por no estar ayudando más a los que necesitan.

Esta pandemia está gatillando muchos trastornos de ansiedad y una enorme desesperanza, lo cual se manifestará en un incremento de los casos de depresión. Puede disparar trastornos tales como la depresión o trastornos de ansiedad, pensamientos intrusivos, estimular recuerdos traumáticos, o agravar cuadros psicopatológicos preexistentes.

Algunas sugerencias para manejar la angustia:

1- Explorar cuáles son nuestras emociones asociadas a la situación: ¿Sentimos miedo, irritabilidad, angustia, tristeza? ¿Desde cuándo? ¿Con qué intensidad? ¿Cuáles son las situaciones desencadenantes? Puede ser útil recurrir a una evaluación profesional para descartar síntomas que respondan a una enfermedad. También, recurrir a un tratamiento psicoterapéutico online como espacio de reflexión para afrontar mejor los problemas.

2- Identificar y valorar nuestras fortalezas. Entender qué recursos tenemos y cómo los podemos usar en situaciones particulares. Nos puede ayudar a focalizar no solo en los recursos materiales que tenemos, sino también en los psicológicos, sociales y espirituales.

3- Entender cuáles son los recursos externos: quiénes me apoyan, quiénes me contienen, quién me puede ayudar, en quién puedo confiar.

4- Gestionar nuestra exposición a la información. Estar informado, en la medida que regulemos nuestra exposición y elijamos el tipo de contenidos al que queremos acceder.

5- Buscar apoyo emocional en otros. Es importante evitar el aislamiento social y reunirnos con personas de confianza para hablar sobre lo que nos preocupa.

6- Es más fácil atravesar la angustia si uno se siente acompañado en este proceso. En estos casos, el tipo de malestar adopta una cualidad diferente. Al no haber exclusivamente una atribución personal y diferenciarse de los factores externos, nos posicionamos frente a la situación de una manera distinta.

La cuestión es encontrar recursos para sobrellevar esta situación. Tratando de hallar lo que a cada uno le sirva de manera saludable para tratar de sobrellevar esta realidad.

Lo más importante es no adelantarse a los hechos en forma negativa: no catastrofizar la situación. Vivir en el aquí y ahora lo más posible, siendo plenamente consciente de lo que se está viviendo. Es fundamental tener una rutina de actividad física para descargar la ansiedad y favorecer la secreción de endorfinas, que son hormonas que nos generan placer, nos baja la ansiedad y nos aumenta la sensación de alegría.

Podemos poner el foco en las cosas que sí podemos controlar. No se trata de negar que hay cosas que escapan a nuestro control, está bueno equilibrar aquello que no podemos controlar con lo que sí.

La angustia no es una emoción permanente. La vamos a sentir por un momento y que también se va a terminar yendo.